Para el revestimiento del piso se escogió un roble color miel que sube por las paredes hasta el techo, envolviendo a los visitantes en una atmósfera acogedora y continua. Los cubos de vidrio, que parecen perderse en este bosque mágico, representan la perfecta integración de lo natural y lo construido. Cada detalle ha sido cuidadosamente pensado para ofrecer una experiencia sensorial única que invita a la reflexión y al asombro.